El señor Kimizuka es muy elegante y guapo. Y también es una mujer que desprende una feromona ligeramente obscena. Lleva varios años casada y ya no se conforma sólo con tener sexo con su marido. Como esposa, sabe muy bien que no debe tener relaciones sexuales con ningún hombre que no sea su marido, pero cuando ve a un hombre en la calle, se imagina que puede tener relaciones sexuales de cualquier manera. Y hoy, sus deseos sexuales ocultos quedan al descubierto.