Un subordinado de la empresa de mi marido visitó mi casa por primera vez en mucho tiempo. Es un poco tímido y lindo. Mi esposa, Natsuki, quiso hacerle una broma cuando vio a un hombre tímido. Debajo de la mesa del comedor donde estábamos sentados uno frente al otro, estiré las piernas y froté la ingle de mi marido para que no se enterara. Un subordinado con problemas se paró en el baño para escapar, pero Natsuki lo persiguió. Luego se bajan los pantalones de hombre...